"La carretera desemboca en el puerto
donde te esperan los viejos amigos
siempre hay un barco encallado en la arena
tras miles de caminos imposibles..."
Todo lo demás, Quique González
Hace unos días me llegaron un par de mails encadenados. El primero de ellos provenía de una amiga (una muy buena amiga) y preguntaba que era lo que me gustaría hacer con ella si dispusieramos de 24 horas. Le respondí (la respuesta se queda entre ella y yo; no es nada guarro en absoluto..) y le pedí que me contestara a la misma pregunta. Me respondió que en esas 24 horas nos pasaríamos toda la tarde haciendo maratón de "Friends", con palomitas y pizzas de "pizzería americana"...
El segundo mail proponía una serie de preguntas más o menos personales y dentro había una muy concreta que preguntaba dónde me veía dentro de un año...
Todo esto viene a cuento de que muchas veces no somos conscientes de la forma en que nuestra vida cambia. Cada vez que quedo con Chapa, siempre sale el mismo tema: dónde estaremos dentro de cinco años y siempre acabamos recordando los cinco años anteriores cuando haciamos esa misma pregunta; cinco años atrás veía a Chapa todos los días, ahora, con suerte, lo veo una vez cada dos meses...
Es increible como ha cambiado todo desde entonces. Eramos conscientes de que nuestras vidas, con el tiempo, se distanciarían, cambiarían, pero no en la forma en que lo ha hecho...
Hecho de menos las cenitas de sobaquillo. Las noches de conversaciones profundas en los coches, enfrente de aquella calita, a los pies del castillo. Las risas, los llantos, las discusiones. Recuerdo aquella noche en la Coveta Fumà, aquella canción, aquellas lágrimas, sintoma de que el tiempo se nos escapaba, siendo conscientes todos de que no volverían...