martes, 27 de marzo de 2007

La lluvia..

Por fin llueve. Aunque no como debiera. No tan fuerte como para arrastrar las malas hierbas, barrer las impurezas, limpiar las iras...y ahogar las penas que me apenan. No la acompaña un fuerte vendaval, que derribe los muros forjados con traiciones, que abra las puertas de repente y que se lleve ese olor a tristeza y podredumbre...No llueve lo suficiente como para sacar a flote las almas felices que un día se hundieron, arrastradas por el ancla de la traición...


1 comentario:

teatro, danza, música... dijo...

pero es agua al fin y al cabo...no menosprcies la belleza de una gota de esperanza porque es un trozo de felicidad.

un beso tqm